Luis Miguel Cuenca ha dedicado la mitad de su vida al baloncesto. Tiene 44 años y a los 19 empezó a forjar la carrera que hoy lo tiene como uno de los entrenadores más importantes del baloncesto femenino en Colombia. Es profesional en Deporte del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid y, sobre todo, un paisa de pura cepa. El tono de su voz delata la autoridad con el que se dirige a su equipo cada vez que se enfrenta al reto de ganar. Sus instrucciones son claras y se fundamentan en la experiencia que la teoría y la practica le han dado. Es un hombre que conoce del baloncesto; lo ha estudiado, practicado, vivido y sentido. Durante la V Copa Especial Femenina, demostró que ser uno de los mejores, no se logra de la noche a la mañana. Orange Ball lo entrevistó y descubrimos una historia que merece ser contada.
¿Cómo empezó en este mundo del baloncesto?
De joven jugaba baloncesto en el municipio de Copacabana. Allí tenía un entrenador que me empezó a introducir en este mundo. Desde los 19 años empecé como monitor en la junta de deportes de ese municipio y me dieron la selección de niñas. Empecé muy metido con el cuento del baloncesto, siempre con la aspiración de ir más adelante. Inicié como entrenador de un municipio, después quería ser entrenador de la selección Antioquia y llegué a serlo por casi 14 años. También tuve la oportunidad de ganar campeonatos universitarios y en el año 2008 llegué a la selección Colombia como entrenador del equipo de Juegos Bolivarianos y desde ese entonces he estado en diferentes competencias de orden internacional juegos suramericanos, pre mundiales, pre olímpicos y acompañado de muy buenos resultados.
En su experiencia, ¿ha tenido la posibilidad de trabajar con hombres y mujeres o solo con mujeres?
En el municipio de Copacabana dirigía los equipos masculinos de la categoría de mayores en los eventos de las copas élite, los cuales eran torneos de mucho nivel. En el Politécnico Jaime Isaza Cadavid entrené el equipo masculino, pero la mayor parte del tiempo me he dedicado al entrenamiento de las mujeres.
¿Y cuál es la diferencia entre entrenar hombres y mujeres?
No hay mucha diferencia. Las mujeres quizá son un poco más difíciles de llevar, por el tema normal de su género, pero yo he aprendido a congeniar bastante con ellas, me entiendo bastante. Definitivamente depende del entrenador que los equipos sean comprometidos, disciplinados y tanto con hombres o con mujeres, yo he tenido buena respuesta de los deportistas.
¿Cree usted que hay una estrategia para ganar?
La estrategia de nosotros ha sido trabajar. Creo que Antioquia es un equipo muy disciplinado en los procesos de entrenamiento, los cuales los mantenemos constantemente a través de todo el año. No nos reunimos previo a los torneos, sino que mantenemos un proceso continuo, el cual no se interrumpe. Además, hemos hecho algo importante y es buscar jugadoras altas, las cuales aumenten el biotipo de nuestro equipo. Ahora tenemos niñas de Medellín que son de origen chocoano, ya que en esta zona del país podemos encontrar este biotipo y a eso le sumamos el talento de las deportistas antioqueñas. Creo que ese ha sido el éxito, teniendo en cuenta también que hemos contado con el apoyo de la liga de baloncesto, de Indeportes Antioquia que es una parte vital para que las deportistas tengan las condiciones ideales para estar ejerciendo sus entrenamientos y mantenerse constante en eso. De parte de nosotros también hay un esfuerzo importante, sacrificamos muchas cosas de nuestra vida personal, de nuestro presupuesto porque hay veces que los recursos no son los suficientes, entonces nosotros mismos ponemos de nuestro dinero para que los proyectos no se caigan.
Este es un deporte de mucha pasión, pero no de reconocimiento. ¿Qué le hace falta para ser reconocido?
Antes el baloncesto movía mucha más gente. En las copas élite, los coliseos se llenaban. En eventos que no eran ni siquiera profesionales, los coliseos se veían abarrotados de personas. Ahora esto ha caído un poco, a pesar de que el nivel es bueno, la asistencia del público no es la mejor. Me parece que hace falta más mercadeo, hace falta vender mejor nuestro deporte y quizá ponerle más seriedad para que la empresa privada también crea en nosotros. Tenemos que competir; ahora el fútbol se ha convertido en un deporte profesional, al igual que el fútbol sala, y nosotros, con un deporte tan bonito, creo que podría ser el segundo más atractivo después del fútbol.
Tenemos que aprovechar mucho más el deporte que tenemos para proyectarlo, venderlo a la gente y volver a que nazca la pasión en las regiones y que las personas empiecen a apoyar a sus equipos.
¿Qué consejo le podría dar a las niñas que están en escuelas de baloncesto y están esperando a participar en torneos como la Copa Especial Femenina?
Que entrenen, porque están practicando un deporte muy bonito, un deporte que les va a ayudar no solo a desarrollar su cuerpo, sino que le va ayudar a desarrollar sus valores personales, las va a llevar por el camino del juego en equipo, la cooperación, el respeto, la disciplina, la higiene y muchas cosas bonitas que el deporte le entrega a las personas.
También las invito a soñar, que se tracen sus metas, que piensen siempre en llegar a ser las mejores y con toda seguridad lo lograrán; porque uno es lo que uno piensa. Por último, que trabajen duro, porque el deporte de nosotros sigue creciendo y seguramente más adelante tendrán muchas más oportunidades de seguir demostrando sus condiciones.
Entrevista por Oscar Banguero Periodista Revista Orange Ball