En las canchas se escuchan expresiones como «ese es mi hij@», «corre más», «esfuérzate más», «eres el mejor», «deberías hacer esto y lo otro», «necesito que juegues bien».
En el baloncesto como en cualquier deporte es importante que los padres apoyen a sus hijos, sin embargo a veces se atribuye al mal rendimiento de un deportista un mal estado físico o falta de preparación, sin tener en cuenta que estos niños y jóvenes están en formación y el exceso de presión por parte de los padres puede no solo distanciar al deportista de las canchas , sino generar problemas de autoestima y tolerancia a la frustración.
Todos los padres quieren ver ganar a sus hijos, pero cuidado, el exceso de presión formada por expectativas de los adultos, pueden traer efectos contrarios a lo que quieren los padres. Algunas veces los padres atribuyen inconscientemente sus sueños a sus hijos, cuando el padre, madre o acudiente no tuvo por diferentes circunstancias la oportunidad de obtener más logros deportivos, ven en sus hijos la oportunidad de cumplir sus sueños y es por eso que inconscientemente comienzan a ser entrenadores de sus hijos, a exponerlos a expectativas muy altas, que en la mayoría de casos puede generar sentimientos de frustración.
Los padres siempre quieren ayudar a sus hijos, pero algunas veces no se realizan las mejores prácticas, la función de los padres es ayudar a niños y jóvenes a buscar lo que los hace feliz, generar confianza en sí mismos, y enseñarles valores por medio del ejemplo.
Vamos a nombrar algunas prácticas que pueden volverse de poca ayuda para los niños o jóvenes deportistas, sin que esto se tome como una crítica destructiva, solamente para dar a conocer la importancia del equilibrio y cómo esto puede influir en los deportistas.
El Padre o Madre idólatra le llamaremos a quién lleva a sus hijos a la máxima expresión de la perfección, al cuál no se le ve ningún defecto, siempre están recriminando a los entrenadores, colocando excusas y culpando a todos sobre un resultado o rendimiento de sus hijos, en algunos casos pueden generar deportistas con baja tolerancia a la frustración, que no se dejan corregir y que no aceptan ningún tipo de retroalimentación.
El padre o madre Sherck, es quién suele presionar al deportista para ser en extremo competitivo, ganar a como dé lugar, a ser agresivo con sus formas de tratar a sus compañeros, hace críticas destructivas sobre el desempeño del niño y de sus compañeros, no permite que las cosas se salgan de su control, en ocasiones obliga a su hij@ a entrenar en exceso, y esta presión ejercida en exceso puede generar deportistas con baja autoestima, ansiedad y miedo extremo a la derrota.
Esto son solo algunos ejemplos de padres, que como bien saben tienen la mejor intención de ayudar a sus hijos, pero que sin querer están incurriendo en prácticas no muy recomendadas para los deportistas, cuando el niño o jóven, no tiene un buen desempeño en un juego, no encestó la cantidad de puntos esperado o tuvo algunos errores, estas acciones son “machacadas y reprochadas”, siempre debes recordar que nadie falla con la intención de fallar, y tu hijo necesita que valores lo bueno que ha realizado, y lo impulses a lograr lo mejor, pero ante todo no pierdas el objetivo principal de cualquier deporte y es la diversión, que sean felices, escuchar sus expectativas por encima de las de los padres es importante para poder apoyarlos.
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Fuente: Lectura tomada de https://www.upadpsicologiacoaching.com/influencia-presion-padres-deportista/ por Ignacio García Giménez